Ayer por la noche, vino un pajarito acá buscando por vos. Él tenía en las alas los colores de la bandera nacional. Por su pico salía un sonido muy especial, lleno de gracia, uno de esos que tiene el poder de llenar el día de alguien que lo tiene vacío.
Como no estabas, yo le dije:
– Pajarito, cómo puedo ayudarte?
Como no podía, yo le dije que no te demorabas y que él pasase por la ventana después.
Así se fue.